miércoles, 14 de marzo de 2012

Seminario Militante: Anarquismo y Revolución Ponencia sesión No 2: Kropotkin y Reclus. Evolución y Revolución. / Primer Bloque temático: Reflexiones teóricas. / Martes 13 de Marzo de 2012. / Por José


“No, no es la evolución ese lento y rítmico movimiento que nos enseñan los primeros. No, no es la revolución lo que pretenden pequeños Mazzinis de guardarropía. La evolución es lenta o es rápida según las circunstancias los lugares y los tiempos; la evolución vence todas las resistencias y porque las vence produce las revoluciones, esas revoluciones de las ideas que entrañan algo esencial, y no esas pretendidas revoluciones que sólo conducen a una mayor agravación del cesarismo omnipotente de los gobiernos. La evolución y la revolución son, en fin, una misma cosa y quien de evolucionista se precie, ha de ser necesariamente revolucionario.”-Ricardo Mella. Evolución y Revolución.-

Los científicos ácratas

Piotr Kropotkin (1842-1921) y Elisée Reclus (1830-1905) son dos grandes científicos naturales y pensadores del anarquismo. El primero ruso y el segundo francés compartieron un origen noble, una gran vocación para la exploración geográfica y social de territorios remotos, y una conversión al anarquismo producto de los horrores de la guerra franco prusiana, la experiencia de la Comuna de París en 1871 y la influencia del ala bakuninista de la Internacional en importantes sectores obreros de Francia y Bélgica. Tanto Kropotkin con su teoría del apoyo mutuo como factor fundamental de la evolución, como Reclus, con su geografía humana narrativa, aportaron al conocimiento científico de su época y se convirtieron en hábiles defensores y propagandistas de la teoría de la evolución natural y la selección de las especies de Darwin. Ambos además tuvieron como anarquista un compromiso militante notable, que los llevo al exilio y al ostracismo académico, destacándose por sus aportes a la conceptualización de la sociedad del socialismo anarquista, y sus reflexiones sobre la importancia de la ética y la educación en los procesos de cambio. Ambos fundamentaron además la posición evolucionista dentro del anarquismo, que luego jugaría un importante rol en los movimientos cooperativos, educativos y posteriormente sindicales.   

Evolución-Revolución en Reclus

Para Reclus la evolución es un movimiento infinito, un torbellino sin fin, que abarca todo el universo, y que se extiende desde las grandes constelaciones y galaxias hasta las manifestaciones de la vida terrestre, en un constante proceso de cambio y dentro del cual las Revoluciones, sean espaciales, geográficas o políticas, se suceden por millones en ese ciclo. Este proceso sin embargo no es el de una continuidad lineal, directa y sucesiva, sino una sucesión indirecta, llena de rupturas, revolucionaria. Muchos son los espíritus egoístas, oportunistas o timoratos que separan la evolución y la revolución, dos partes integrales de un mismo movimiento, en una falsa dicotomía entre la evolución progresiva, calma y larga como sinónimo de paz y la revolución abrupta y rápida como sinónimo de guerra, se olvidan que puede haber revoluciones pacíficas y evoluciones violentas que contradecirían esta acepción común.  También en este movimiento, existen procesos de evolución parciales e inmediatos como los avances científicos, las acciones de solidaridad entre desposeídas, la protesta personal frente al Estado, que pese a su mirada estrecha y cerrada, deben ser saludados y animados por las Revolucionarias que cuentan con una concepción ambiciosa y global de lo que ha de ser transformado. Las Revolucionarias pues, buscan todos los progresos artísticos, científicos, políticos y sociales, al mismo tiempo que la emancipación social, siendo la evolución el movimiento que prepara la revolución y la revolución la condición que permite nuevas evoluciones, diferenciándose solo por el grado de oposición que tiene la revolución en el ambiente. Esta relación dialéctica entre Evolución y Revolución la ejemplifica Reclus de una muy bella manera: “(…) la flor no es prolongación de la hoja, (…) El hijo no es continuación del padre o de la madre sino un nuevo ser. (…)Cuando los viejos cuadros, las formas demasiado estrechas de los organismos se tornan insuficientes, la vida se desplaza para realizarse en una nueva formación. Se ha efectuado una revolución.[1]

Sin embargo Reclus es claro en afirmar que las evoluciones no tienen un curso predeterminado y no evolucionan naturalmente hacia el progreso. Todo lo contrario puede haber un cambio que signifique un retroceso, que no haga a avanzar la vida sino la muerte. Esto es bien patente en la historia de las sociedades humanas, que cambian incesantemente en un proceso de auge y caída de civilizaciones en el que no hay linealidad ni progreso, y en donde el factor determinante es interno a la misma estructura social y se refiere a la capacidad de las mayorías de oprimidas de rebelarse contra las clases aristocráticas, allí donde eso no ocurre, para Reclus, la sociedad decae. Ese proceso sin embargo es complejo, y en la historia, algunas actividades pueden avanzar y otras retroceder sin necesaria cohesión. Así también se comporta al ánimo de las multitudes, a veces progresivo otras veces regresivo, que no por eso deja de tener una importante influencia sobre muchos de los buenos proyectos que se pudieron desarrollar en diversas épocas. Aquí el gran geógrafo anarquista, pasa a tratar un problema sumamente actual y sobre el que ha reflexionado con interés la antropología, la perspectiva de colonial y los movimientos sociales con identidades tradicionales: El de las “bondades” y maldades que imponen algunas civilizaciones sobre otras. Pone el caso de la dominación colonial británica sobre la India y la abolición, que él considera positiva, de los sutti, una práctica tradicional brahmánica que condenaba a la viuda a morir incinerada junto con el cadáver de su esposo, en medio de un ejercicio de tutela y opresión del imperialismo ingles sobre el pueblo hindú, que él considera completamente negativo. Al contrario que muchos de sus contemporáneos (entre ellos por ejemplo Marx y Engels que escribían en la década de los 60s del siglo 19 apologías al colonialismo Inglés y Francés, en la India y México respectivamente)  Reclus y en general las anarquistas decimonónicas, fueron sumamente críticas del Imperialismo y el Colonialismo desplegado en nombre del progreso universal, sin renunciar por eso a a la noción ilustrada de progreso.

La complejidad también acompaño las grandes Revoluciones Atlánticas (Estadounidense, Francesa y agregaríamos nosotras Haitiana) del siglo 19, que al mismo tiempo que liberaban a los pueblos del despotismo monárquico y la tutela religiosa, los entregaban a la esclavitud frente a la burguesía y a la dominación más completa y envolvente, y es por esta razón que Reclus habla del doble efecto que han tenido estas y del circulo maldito que esta no han podido aun romper para regocijo de los dominadores. Sin embargo para Reclus la nueva revolución, a diferencia de las anteriores que solo derrocaban de manera instintiva e incompleta a un régimen, debe ser completa y prepararse para derrocar racional y organizadamente la dominación de una clase sobre otra. Para conseguir esto es preciso primero convertir a las multitudes dúctiles y apasionadas, en aglomeraciones de personas conscientes[2].

Para Reclus este movimiento de maduración implica un tránsito desde la rebeldía instintiva hacia la lucha metódica y precisa contra la opresión por medio del cual los pueblos adquieren progresiva conciencia de sí mismos. Esta paulatina toma de conciencia implica un cambio en el significado mismo de la Revolución, que si inicialmente asumió la forma de Revolución de palacio en medio de la pasividad del pueblo, se convirtió luego en la Revolución política que levantaba la lucha de barricadas y la demanda de participación popular en el gobierno como en 1848 en 1871. Sin embargo para completar la Revolución social y establecer la abolición del Estado y la dominación de clase, es preciso primero un movimiento de evolución social que cambie la mente y los corazones de las oprimidas, partiendo de la base de la célula social básica, la persona, y por lo tanto del cambio moral personal, que muchas veces se anticipa al de todo un pueblo[3].

Esta reflexión, sin embargo, llega demasiado lejos en Reclus y conduce al libertario francés a un callejón sin salida: Estas personas transformadas se convierten en las mejores, en un polo de permanente progreso que siempre se abatiría contra el polo aristocrático y conservador de los privilegiados. La Historia pierde si seguimos este último elemento, su carácter complejo, colectivo y revolucionario, y pasa a ser así un teatro en el que los grandes hombres progresistas y reaccionarios combaten, mientras una mayoría silenciosa mira pasiva la escena. Esta concepción individualista, presente también en algunos apartes de la obra de Kropotkin, puede deberse más a un intento anacrónico de convertir artificialmente al anarquismo a la grandes personalidades rebeldes de la historia, que a una tesis que controvierta el sentido profundo de la obra de estos dos pensadores. Finalmente Reclus, vuelve a su concepto de Evolución-Revolución, sosteniendo la necesidad de integrar el ideal de comprensión del evolucionismo con el fin emancipatorio de la Revolución. Partiendo de los reclamos y necesidades más sentidas de la población, del grito por el derecho a la vida que sale de las gargantas de las trabajadoras, debe desarrollarse un proceso que termine con la separación de la humanidad entre oprimidas y opresores, y por lo tanto con el hambre producto de la economía irracional del Capitalismo. 


[1] Eliseo Reclus. Evolución, Revolución y Anarquismo. En Biblioteca Virtual Antorcha. Primera parte. Link: http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/politica/reclus/1.html Consultado 13/03/2012
[2] Eliseo Reclus. Evolución, Revolución y Anarquismo. En Biblioteca Virtual Antorcha. Segunda parte. Link: http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/politica/reclus/1.html Consultado 13/03/2012
[3] Eliseo Reclus. Evolución, Revolución y Anarquismo. En Biblioteca Virtual Antorcha. Tercera parte. Link: http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/politica/reclus/1.html Consultado 13/03/2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario